Es definitivo... Da igual lo mucho que te esfuerces en organizar un viaje siempre hay algo que sale mal. SIEMPRE. Si no, que se lo digan a una madre antes de salir de vacaciones, o que me lo digan a mí.
Que me llamen 'freak' me da igual, me resbala ya; pero desde hace algunos años deseaba ir a Barcelona a ver el Salón del Manga, me parecía... ¿cómo explicarlo? Que debía ser algo genial, pero siempre había algún motivo que me frenaba... ¿Principalmente? Mis padres.
Después de haber renunciado a mi deseo por ir, aparecieron este año dos pequeños seres que empezaron a picarme en el oído para que fuera: Megane-chan y Ura-kun (ya sé soy una cabrona, pero os fastidías, es una forma disimulada de dedicar una entrada) "Que venga", que "te lo vas a pasar muy bien", "nos vamos a divertir", que "nos vamos de fiesta", que "en el fondo tú sabes que quieres" ... Con estas dos vocecitas de mi conciencia aún lado y al otro, ¿qué quieren? Pues cuesta resistirse a la tentación, y si a este par le incluímo la voz del chiquitín y del Jefe... Pues ya una olvida sus reticencias habituales, se lía la manta a la cabeza y decide marcharse a Barcelona al Salón. Con un par de ovarios y de una forma un tanto estrafalaria que ya contaré cuando vuelva... No vaya a ser que se cumpla la ley de Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal."
En fin, que para no salirnos de lo habitual, algo tuvo que salir mal... A pesar de que habíamos planeado todo al milimetro (esto empezaba a parecer Ethan Hunt en Misión: Imposible) y nos quedamos sin alojamiento (larga historia para contar). Así que con ayuda de un buen amigo (nen, un día de estos te construyo una catedral) me pasé hasta las dos de la mañana buscando alojamiento. Y hoy, por fin, he encontrado...
¿Qué hemos aprendido pues? La mejor opción para tus viajes: el carnet de alberguista.
Que me llamen 'freak' me da igual, me resbala ya; pero desde hace algunos años deseaba ir a Barcelona a ver el Salón del Manga, me parecía... ¿cómo explicarlo? Que debía ser algo genial, pero siempre había algún motivo que me frenaba... ¿Principalmente? Mis padres.
Después de haber renunciado a mi deseo por ir, aparecieron este año dos pequeños seres que empezaron a picarme en el oído para que fuera: Megane-chan y Ura-kun (ya sé soy una cabrona, pero os fastidías, es una forma disimulada de dedicar una entrada) "Que venga", que "te lo vas a pasar muy bien", "nos vamos a divertir", que "nos vamos de fiesta", que "en el fondo tú sabes que quieres" ... Con estas dos vocecitas de mi conciencia aún lado y al otro, ¿qué quieren? Pues cuesta resistirse a la tentación, y si a este par le incluímo la voz del chiquitín y del Jefe... Pues ya una olvida sus reticencias habituales, se lía la manta a la cabeza y decide marcharse a Barcelona al Salón. Con un par de ovarios y de una forma un tanto estrafalaria que ya contaré cuando vuelva... No vaya a ser que se cumpla la ley de Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal."
En fin, que para no salirnos de lo habitual, algo tuvo que salir mal... A pesar de que habíamos planeado todo al milimetro (esto empezaba a parecer Ethan Hunt en Misión: Imposible) y nos quedamos sin alojamiento (larga historia para contar). Así que con ayuda de un buen amigo (nen, un día de estos te construyo una catedral) me pasé hasta las dos de la mañana buscando alojamiento. Y hoy, por fin, he encontrado...
¿Qué hemos aprendido pues? La mejor opción para tus viajes: el carnet de alberguista.
2 comentarios:
Qué menos que una crónica bloguer para los que no tenemos esa suerte... ;)
Intentarse se intentará... Pero no me dejan llevarme el portatil, así que será a la antigua usanza (lápiz y papel), que luego intentaré transcribir lo más fielmente posible al blog.
De todos modos, caerá al final una entrada recopilatoria... Sobre todo para analizar si me voy a volver a meter en un lío tan... DESCOMUNAL
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